Esta prueba se realiza con un equipo que dispone de una o dos cámaras de video en miniatura adaptadas a una videomáscara que proyectan las imágenes de los ojos y sus movimientos en un monitor (video-oculoscopio). Esta técnica permite registrar y analizar los movimientos oculares espontáneos, los movimientos oculares provocados por estímulos laberínticos comparando la respuesta entre ambos lados y movimientos oculares relacionados con el sistema visual controlados por mecanismos cerebrales. El número y tipo de pruebas a realizar puede variar en cada caso individual.