El tratamiento del vértigo postraumático puede ser a veces complejo ya que el traumatismo no es un diagnóstico clínico sino que es un mecanismo común que dependiendo del tipo, características, localización y daños asociados puede adquirir diferentes formas clínicas relacionadas con:
- Trastornos vestibulares periféricos del oído interno (cóclea, laberinto, nervio cócleo-vestibular)
- Trastornos centrales o cerebrales (tronco cerebral y/o cerebelo)
- Lesiones o daños cervicales (musculares, vasculares, raíces nerviosas, óseas)
- Migraña
- Manifestaciones psiquiátricas y/o funcionales (ansiedad, depresión, mareo perceptivo postural persistente etc.)
No es infrecuente la asociación de varios de estos trastornos o lesiones.
Son alteraciones otoneurológicas frecuentes:
- Contusión laberíntica, cuyo tratamiento será inicialmente farmacológico y posteriormente con rehabilitación vestibular
- Vértigo posicional paroxístico benigno que trataremos con maniobras de reposición
- Fístula perilinfática, cuyo tratamiento puede llegar a requerir cirugía
- Trastorno otolítico que tratamos con rehabilitación vestibular
- Vértigo cervicogénico que tratamos con fármacos y rehabilitación vestibular, recomendando también fisioterapia
- Enfermedad de Ménière postraumática cuyo tratamiento puede ser farmacológico, con inyecciones intratimpánicas o quirúrgico
- Alteraciones vestibulares centrales que pueden combinarse con alteraciones laberínticas que trataremos con fármacos y rehabilitación vestibular. En algunos casos pueden requerir otros tratamientos.