Los trastornos funcionales y psiquiátricos son causas frecuentes de mareo, incluso más que algunas alteraciones vestibulares conocidas. El comité “International Classification of Vestibular Disorders” (ICVD) de la Sociedad Barany clasifica los trastornos (vértigos o mareos) por lo que respecta a sus mecanismos en estructurales, funcionales y psiquiátricos. Los trastornos funcionales los consideran derivados de un cambio en el modo de acción o funcionamiento de un órgano. Desde hace 30-40 años la investigación en estas áreas ha aportado una gran cantidad de información sobre causas psiquiátricas y funcionales, que veces ocurren simultáneamente y otras son consecuencia de alteraciones vestibulares. Para identificarlas es recomendable:
a) Apartarse del concepto o término general convencional de “mareo psicógeno” que engloba síntomas a menudo inespecíficos, asociados a la negatividad de los estudios clínicos y no al diagnóstico específico.
b) Incorporar nuevas propuestas basadas en formas clínicas o trastornos individuales con un enfoque triple que evalúa los trastornos estructurales, funcionales y psiquiátricos simultáneamente. La evidencia demuestra que este nuevo enfoque mejora el diagnóstico y la efectividad terapéutica en estos trastornos.
Recomendamos incorporar conceptos sobre cinco entidades conductuales:
1) Ataques de pánico: pueden causar o contribuir a síntomas vestibulares agudos o episódicos.
2) Ansiedad generalizada y
3) depresión pueden causar o contribuir a síntomas vestibulares crónicos.
4) Miedo a las caídas provoca un deterioro funcional considerable, especialmente en personas mayores.
5) Mareo perceptivo-postural persistente o “persistent postural perceptual dizziness” (PPPD), es un trastorno vestibular funcional recientemente definido que se desarrolló hace muchos años y que es la causa más común de mareos crónicos en la práctica otoneurológica.
El PPPD incluye características descritas en los últimos 30 años en síndromes que se diferencian de alteraciones psiquiátricas primarias, como el vértigo fóbico postural (PPV), mareo subjetivo crónico (CSD), malestar en el espacio y al movimiento (SMD), y vértigo inducido visualmente (VID). Características comunes a estos síndromes formaron el criterio diagnóstico básico de PPPD. El trastorno se llamó mareo perceptivo-postural persistente para reflejar su criterio diagnóstico principal de mareo persistente no vertiginoso, inestabilidad y vértigo interno no giratorio (p.ej., sensaciones de inclinación, balanceo, deslizamiento, etc.) que es agravado por determinadas situaciones posturales, condiciones ambientales y/o por una sensibilidad visual especial ante objetos en movimiento.
Estos cinco trastornos son los diagnósticos principales en el 8-10% de los pacientes que consultan por síntomas vestibulares y llegan a estar presentes hasta en el 50% de los pacientes con lesiones vestibulares. Pueden afectar al curso clínico de enfermedades vestibulares y a los resultados de intervenciones médicas y quirúrgicas si no son reconocidas y tratadas. Afortunadamente, cuando se diagnostican adecuadamente, se encuentran entre las afecciones que causan síntomas vestibulares que mejor responden al tratamiento.