Mediante las pruebas vestibulares estudiamos la función de los órganos del equilibrio del laberinto (oído interno) en base al registro y cuantificación de los movimientos oculares tanto espontáneos como en respuesta a varios estímulos de dichos órganos. Estos movimientos oculares se encargan de mantener la estabilidad de las imágenes que nos rodean nítidas en la retina tanto en reposo como en movimiento, base de nuestra orientación espacial y de nuestro equilibrio. El número y tipo de pruebas a realizar puede variar en cada caso individual.