Con las pruebas rotatorias estudiamos los movimientos oculares generalmente en forma de nistagmo (movimiento oscilatorio de los ojos) producidos con el paciente sentado en un sillón por giros u oscilaciones hacia uno y otro lado que estimulan alternativamente ambos laberintos. La prueba cuantifica la función laberíntica de los canales semicirculares laterales comparando las respuestas entre ambas direcciones de giro, el grado de la diferencia y su respuesta global.
El efecto de la posición de la cabeza se evalúa mediante un protocolo de pruebas posicionales lentas y rápidas que en los pacientes referidos producen vértigo y nistagmo posicional de características distintas según la localización de las partículas, de la que dependen los diferentes tratamientos.