La presbiacusia no tiene tratamiento curativo, pero hay varias formas de paliar la pérdida auditiva y sus efectos. En general, el tratamiento más frecuente es la amplificación mediante el uso continuado de audífonos y, aunque el grado de beneficio puede variar dependiendo de las características de la pérdida auditiva, la mayor parte de las personas con presbiacusia pueden beneficiarse de su uso.
En algunos casos los pacientes también pueden beneficiarse de la reeducación y entrenamiento auditivo, lo que supone una gran ayuda a las personas sordas que tienen dificultades para discriminar los sonidos, especialmente las palabras, al mejorar la calidad de la audición y con ello la comprensión de los sonidos que escuchan.
La presbiacusia se instaura lentamente afectando poco a poco a la discriminación de las palabras y la capacidad para comunicarse, de manera que muchas personas mayores no son muy conscientes de ello y no lo reconocen por lo que no están predispuestos a corregir el déficit que ello produce en relación a su aislamiento y a su repercusión en el posible deterioro cognitivo.