La fistula perilifática es una fisura a modo de “conducto” anormal en el hueso de la cápsula laberíntica que contiene el oído interno comunicándolo con el oído medio.
Generalmente es consecuencia de traumatismos craneales, traumatismos directos en el oído (bofetada, introducción de objetos), barotraumas (cambios en la presión ambiental al bucear o volar, o de la presión interior al hacer esfuerzos como estornudar o toser), enfermedades y/o cirugía del oído y con menos frecuencia malformaciones congénitas.
La fístula perilinfática se asocia con la salida de líquido del oído interno (perilinfa) al oído medio y con la entrada de aire y la transmisión anormal de sonidos intensos y cambios de presión a través del “conducto” de la fistula desde el oído medio al oído interno. Ello modifica el funcionamiento de los órganos de la audición y del equilibrio, dando lugar a un conjunto de síntomas auditivos y vestibulares denominado síndrome de la tercera ventana como sucede en otras alteraciones como por ejemplo la dehiscencia del canal semicircular superior (DCSS).
Son síntomas frecuentes pérdida de audición a menudo fluctuante y progresiva, sensación de oído ocupado, acúfenos, hiperacusia, inestabilidad-desequilibrio y vértigo.
Realizamos el diagnóstico desencadenando el vértigo y los movimientos aculares que le acompañan mediante sonidos intensos a diferentes frecuencias (signo de Tullio) y/o aumentando la presión en el oído externo mediante diferentes maniobras que se transmitirá al oído interno a través de la fistula perilifática generando los síntomas.