Pruebas diagnósticas

Como cualquier otro síntoma, el acúfeno o tinnitus y la hiperacusia  deben estudiarse diagnosticando si es posible la causa que los produce, lo cual aumenta las posibilidades de tratamiento de forma más específica. Cuando no se identifica la causa, el estudio diagnóstico excluye alteraciones que pueden revestir gravedad, lo cual también es muy importante para eliminar el componente emocional sobreañadido relacionado con un origen desconocido.    

Aunque el protocolo diagnóstico puede variar, en general incluye la siguiente batería de pruebas: historia clínica específica de pacientes con acúfenos y/o hiperacusia, cuestionarios específicos de autoevaluación subjetiva del acúfeno e hiperacusia, exploración clínica otorrinolaringológica, pruebas audiológicas incluyendo audiometría tonal (vías aérea y ósea) y verbal, audiometría de altas frecuencias,  acufenometría y umbrales de inconfort tonales y verbales y, en la mayoría de los casos eco doppler de troncos supraaorticos, estudio de imagen y a veces  otras pruebas complementarias.

En nuestra Unidad de Acúfenos e Hiperacusia el primer eslabón del protocolo diagnóstico es realizar una historia clínica sistematizada obteniendo información sobre las características del acufeno/hiperacusia (p.e, acúfeno subjetivo, somatosonido, localización, simetría etc.), sus posibles causas (p.e., trauma acústico, ototóxicos, otitis, antecedentes familiares, hipoacusia, vértigo, enfermedad de Meniêre, etc.) y su repercusión emocional. 

En nuestra Unidad de Acúfenos e Hiperacusia utilizamos cuestionarios de autoevaluación subjetiva validados internacionalmente   que incluyen escalas de valoración funcional y de intensidad, repercusión en actividades cotidianas, repercusión emocional y valoración del nivel de incapacidad y de frustración. Incluyen también información sobre su evolución y en respuesta a los tratamientos que se hayan realizado. Utilizamos el cuestionario de autoevaluación Tinnitus Handicap Inventory (THI), de Newman y Jacobson, que incluye conjuntamente escalas de repercusión en actividades cotidianas, valoración de respuestas afectivas y  valoración del nivel de incapacidad y de frustración,  siendo también válido para valorar los resultados del tratamiento. Para la autoevaluación de la hiperacusia utilizamos el test THS-GÜF de hipersensibilidad al sonido (Geräuschempfindlichkeit, Nelting y Rienhoff) que cuantifica la repercusión de la hiperacusia en la calidad de vida del paciente. En la actualidad estos cuestionarios constituyen un método subjetivo fundamental para estudiar la intensidad del acufeno y/o hiperacusia y la incapacidad que produce en el paciente así como los resultados del tratamiento.

La exploración clínica del paciente constituye una parte muy importante del protocolo diagnóstico centrándose sobre todo en la exploración microscópica del oído (otoscopia), cuyos resultados pueden ser de gran ayuda para identificar la causa (p.e., tapón de cerumen, perforación timpánica, otitis, movilidad anormal del tímpano, masa vascular con latido en el oído medio, etc.), debiendo completarse con la exploración general otorrinolaringológica mediante video-fibroendoscopia.

El estudio audiológico del paciente incluye:

  • Información sobre su audición: niveles de audición, niveles de inteligibilidad de la palabra, niveles de molestia a sonidos/palabras, audiometría de altas frecuencias, etc.
  • Valoración de la existencia o no de hiperacusia con umbrales de inconfort tonales y verbales.
  • Características del acúfeno o acúfenometría, prueba con la que estudiamos las características del acufeno en cuanto al tono, tipo de sonido, lateralidad, simetría, continuidad, intensidad, si el acufeno se enmascara y a que intensidad lo hace, si se inhibe en presencia de ruido y si existe o no hiperacusia. No es infrecuente la falta de correlación entre la valoración audiológica y la valoración subjetiva de la intensidad del acúfeno.

El estudio audiológico completo, además de su gran valor diagnóstico es imprescindible para monitorizar los resultados del tratamiento y su evolución.

Las pruebas de imagen constituyen una parte imprescindible en el estudio de pacientes con acufeno y/o hiperacusia para descartar o confirmar causas que pudieran revestir gravedad, especialmente mediante la resonancia magnética cerebral, técnica de elección para estudiar la vía nerviosa auditiva y estructuras relacionadas. La tomografía computarizada es también de gran ayuda para estudiar el oído medio, la nariz y senos paranasales y las estructuras con ellos relacionadas.

Además, dependiendo de la asociación del acúfeno con otros síntomas y/o alteraciones, el protocolo diagnóstico puede requerir ser completado mediante pruebas complementarias: estudio otoneurológico,  estudio cardiocirculatorio, análisis de sangre, etc.