Según la Oficina Internacional de Audiofonología (BIAP) el término hiperacusia designa “toda hipersensibilidad a los sonidos y ruidos que tenga repercusión sobre el bienestar del paciente”. Los pacientes que padecen hiperacusia sienten molestias a sonidos ambientales que normalmente son bien tolerados por la población en general, llegando a veces a dejar de realizar actividades en ambientes sonoros que para quienes la padecen son intolerables, lo que conlleva un deterioro importante en su calidad de vida. A veces afecta a una gama determinada de sonidos pero lo más frecuente es que la molestia sea a todos los sonidos.
Además de la hiperacusia existen otros tipos de hipersensibilidad al sonido:
– Misofonía es la aversión u odio a determinados sonidos aunque estos sean de volumen normal.
– Fonofobia es el miedo extremo a determinados sonidos e incluso a la propia voz, aunque estos sean de volumen normal. Es una forma más grave de misofonía.
– Algiacusia es en general “dolor al sonido”.
– Reclutamiento es una hipersensibilidad al sonido que acompaña en algunos casos a las sorderas de percepción. Es un fenómeno coclear.
Muchas personas son sensibles a los sonidos fuertes, pero la verdadera hiperacusia no es muy frecuente, se calcula que afecta a un 9-15% de la población sobre todo en pacientes con acúfenos y la padecen personas de todas las edades. La hiperacusia no es una enfermedad sino un síntoma al igual que los acúfenos.
La hiperacusia es un problema al que rodea una gran incomprensión, a menudo los pacientes tienen que sufrir que se les tache de “hipersensibles”, “histéricos” o escuchar frases como “no aguantas nada”, “qué exagerado eres”, etc. En los niños es relativamente frecuente que se identifique con problemas de atención o hiperactividad ya que a menudo huyen de las situaciones de ruido que les molestan sin dar una explicación clara de lo que les ocurre. La población más afectada por hiperacusia se encuentra entre los músicos.
Se desconocen las causas de la hiperacusia. Se cree que puede estar causada por alteraciones de la amplificación a nivel coclear o una hiperactividad en el procesamiento central del sonido. A veces se asocian a enfermedades que cursan con este síntoma como por ejemplo: trauma acústico, enfermedad de Ménière, contusión cerebral, dehiscencia del canal semicircular superior, migraña, etc.
En aquellos pacientes en que la hiperacusia se presenta como síntoma de una enfermedad conocida o de una situación psicosocial determinada, debe realizarse primordialmente el tratamiento etiológico valorando posteriormente si se mantiene o no la hiperacusia y en caso de persistir si ha habido alguna variación en su grado de molestia.
La hiperacusia puede aparecer súbitamente o progresar con lentitud, notando el paciente que sonidos habituales se van haciendo día a día más desagradables e incómodos hasta llegar a tener que evitarlos. Puede presentarse teniendo audición normal o padeciendo algún tipo de sordera y muchas veces en pacientes que padecen acúfenos. Todos los tipos de hipersensibilidad al sonido deben ser estudiados y deben tratarse para que así no aumenten y se cronifiquen.