El tratamiento del vértigo posicional paroxístico benigno lo realizamos con terapia física mediante maniobras de reposición, efectivas en la mayoría de los casos. El tratamiento farmacológico no es útil para solucionar esta patología y no lo recomendamos salvo en ocasiones.
El tratamiento requiere en primer lugar identificar el canal semicircular en el que se encuentran las partículas mediante las pruebas posicionales diagnósticas con las que seleccionamos la maniobra terapéutica más indicada.
Las maniobras de reposición se basan en una secuencia sistematizada de posiciones y movimientos de la cabeza y del cuerpo que, bajo el efecto de la fuerza de la gravedad, van desplazando las partículas desde el canal semicircular en el que se encuentran hacia el vestíbulo donde está el utrículo. El tipo de maniobra y la secuencia de movimientos de la cabeza varía dependiendo del canal semicircular en el que se encuentran y de la localización y movilidad de las partículas en su interior.
El VPPB del canal semicircular posterior (CSP) es con diferencia el más frecuente y la maniobra que utilizamos es la de Epley y/o la de Semont.
EL VPPB del canal semicircular lateral (CSL) u horizontal (CSH) es menos frecuente y la localización de las otoconias en su interior puede adoptar varias formas clínicas siendo la más frecuente la de poder moverse libremente con los movimientos de la cabeza. Utilizamos en estos casos la maniobra de Lempert o de la barbacoa. Existen otras formas clínicas menos frecuentes en las que utilizamos otras maniobras.
El VPPB del canal semicircular anterior o superior (CSS) es incluso menos frecuente excepto en pacientes que han sufrido un traumatismo craneoencefálico. Podemos realizar diversas maniobras para tratarlo, dependiendo siempre de la localización de las partículas, como p.e. la maniobra de Yacovino que trata ambos canales al mismo tiempo.
En el VPPB combinado por afectación simultánea de varios canales deberá establecerse la estrategia de su tratamiento individual para obtener la remisión completa de los síntomas.
A menudo las maniobras de reposición producen mareo o vértigo generalmente de corta duración y tolerable ya que el paciente sabe que está acompañado y seguro.
La monitorización de los movimientos oculares mediante video-oculografía en consonancia con los movimientos de la cabeza, el desplazamiento de las partículas y los síntomas del paciente es esencial para verificar la realización de la maniobra.